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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

José Luis Sanguineti: “La metodología Kumon no sólo entrega conocimientos”

04 abril 2008

Ya comenzó el año académico para la mayoría de los estudiantes chilenos y una alternativa a la educación tradicional proviene de las lejanas tierras niponas. Kumon es una metodología japonesa que llegó a nuestro país en el ’96 y que desde esa fecha ha incrementado notablemente el número de alumnos, gracias a su enseñanza de matemática y lenguaje a la usanza oriental. Aquí las personas, de todas las edades, asisten dos veces por semana para ser guiados y revisar el material que realizan a diario.

Ya comenzó el año académico para la mayoría de los estudiantes chilenos y una alternativa a la educación tradicional proviene de las lejanas tierras niponas. Kumon es una metodología japonesa que llegó a nuestro país en el ’96 y que desde esa fecha ha incrementado notablemente el número de alumnos, gracias a su enseñanza de matemática y lenguaje a la usanza oriental. Aquí las personas, de todas las edades, asisten dos veces por semana para ser guiados y revisar el material que realizan a diario.

Existen casi 70 centros Kumon repartidos a lo largo de todo Chile y son dirigidos por orientadores, los que no se dedican necesariamente a la docencia, pero deben cumplir con todos los estrictos requerimientos de la empresa.

Este 2008 la compañía celebra su aniversario número 50 desde que se instauró el método en Japón. Para conocer más detalles de esta metodología, que ha cautivado la atención de más de cuatro millones de personas en todo el mundo, el Portal Chile Asia Pacifico conversó con José Luís Sanguineti, coordinador académico de la institución en Chile.

¿Cómo podría definir el método Kumon?

Kumon es una metodología de estudio individualizada que proporciona una formación sólida en el alumno, tanto desde el punto de vista personal como del aprendizaje, teniendo como resultado final un alto rendimiento académico. El objetivo de esta enseñanza japonesa, es que a través de la metodología de estudio se pueda descubrir el potencial de cada persona para poder desarrollar sus habilidades al máximo y así obtener individuos responsables y mentalmente sanos que contribuyan a una sociedad mejor.

¿En qué se diferencia esta metodología de la educación tradicional chilena?

En la actualidad, los colegios entregan principalmente conocimientos, sin embargo operan contra el tiempo, porque están sujetos a una planificación de las materias. En tanto, nosotros como institución creemos que no sólo basta con esto y que el potencial de una persona se puede desarrollar desde dos grandes áreas, los mismos conocimientos y las habilidades, logrando esto último al hacer que los alumnos trabajen contra el tiempo y siempre derribando metas. Por ejemplo, un alumno de nuestro centro siempre va a comenzar a estudiar con materias de niveles más bajos y con metas de trabajo establecidas, la que consistirá en desarrollar una cantidad de ejercicio con un máximo de errores y en un plazo de tiempo, si la persona lo logra, avanza al siguiente nivel, de lo contrario, repite hasta que lo haga, algo que no puede ocurrir en una sala de clases normal, llena de alumnos y donde la enseñanza prácticamente no es individualizada.


¿Cómo es la semana Kumon para un alumno o alumna?

Para que se pueda entender mejor, partiré explicando que el programa de matemáticas, el más estudiado en Chile, está dividido en 21 niveles, cada uno de ellos lo conforman 20 cuadernillos de 20 hojas, por lo tanto, cada nivel (200 hojas llenas de ejercicios) representa aproximadamente una equivalencia de un grado escolar tradicional. Por otro lado estos cuadernillos, como les llamamos nosotros, son los materiales de estudio.

Partiendo de esta base, el alumno que estudia bajo el método Kumon, debe realizar ejercicios de este cuaderno todos los días del año y hacerlos en un periodo de tiempo, el que comúnmente es de 10 ó 15 minutos, aunque esto último es relativo. También hay que hacer hincapié en que el estudiante debe hacerse responsable de sus trabajos, ya que es él quien debe colocar en sus propios ejercicios la hora de inicio y término de las actividades que realiza. Finalmente los ejercicios hechos por el estudiante, son revisados por los orientadores de sus respectivos centros, a los que deben asistir dos veces por semana.


¿Qué ha sido lo más difícil de instaurar una metodología japonesa en un país como Chile?

Lo más complicado en el área del aprendizaje, ha sido combatir con nuestra propia cultura, la que es sin duda cortoplacista, ya que nosotros (los chilenos) siempre queremos resolver las cosas inmediatamente y cuando las personas se dan cuenta de que para hacerlo existen procedimientos o que la solución implica tiempo y un proceso, la verdad es que no les gusta mucho.

Hemos tenido casos de alumnos de séptimo u octavo año básico, que llegan a nuestros centros arrastrando seis o siete años de problemas académicos y creen que en tan sólo unos meses solucionaran todo. En las culturas orientales, de donde proviene nuestra metodología, esto no ocurre porque se sabe que para construir algo sólido se debe hacer con constancia y desde abajo. Por ejemplo, para nosotros es un logro que este verano hayan trabajado 2500 alumnos en Kumon, porque en Chile, generalmente, no se tiene conciencia de trabajo escolar en el verano.


Hablando en términos prácticos ¿Qué ventajas podría tener un alumno o alumna que ingresa a la educación tradicional, en 1° básico, con conocimientos Kumon, versus otro niño que no los tiene?

El programa de los colegios chilenos, tiene planificado que los estudiantes de primer año básico terminen el curso aprendiendo la secuencia numérica y a sumar, por lo tanto, lo más probable es que el niño termine realizando dicha operatoria y lo haga bien, el tema, realmente, es cómo lo hace. A fin de año, evaluarán a los alumnos en una prueba de no más de 14 preguntas (sumas), con un tiempo de respuesta máxima de 45 minutos, de esta forma, cada uno de ellos utilizará sus respectivos métodos para responderla y seguramente, el tiempo se les hará poco o justo.

Ahora bien, si uno de esos niños estuviera bajo el régimen de Kumon y hubiera entrado a nuestros centros a los 3 años por ejemplo, tendría una gran ventaja en comparación a sus compañeros cuando ingrese a primer año básico, debido a que el alumno Kumon estará viendo la materia correspondiente a ese año, desde mucho antes, por lo tanto, no será tan complicado para él, menos aún cuando probablemente, incluso, esté viendo materia de segundo año básico. Para graficarlo mejor, nuestro alumno sería capaz de realizar entre 350 y 400 sumas en menos de 10 minutos, sin cometer ningún error, ni usar los dedos, sino que simplemente utilizando el cálculo mental, esto es lo mínimo que podría hacer. Comparando esto con los estudiantes que dificultosamente realizarían las 14 sumatorias en 45 minutos, es sin duda una ventaja.

Por otro lado, si logró eso a los 6 años, imagínense qué podría logar en 5 ó 6 años más con nosotros.

¿Le ha sorprendido el avance académico de algún alumno o alumna Kumon?

En Ñuñoa hay un niño que actualmente asiste a quinto año básico, tiene diez años y en Kumon está viendo materia equivalente a segundo o tercero medio, es decir, factorización y funciones, esto cuando sus compañeros de colegio recién están aprendiendo operatorias como fracciones.

También hemos tenido casos de jóvenes Kumon que han rendido la PSU, ellos ya han visto la materia que entra en dicha prueba y se sienten tranquilos, porque se dan cuenta de que aquella no tiene mayor complejidad. Es más, lo difícil de este test no es el contenido, sino el tiempo en que deben responderla, teniendo sólo 30 segundos para dedicarle a cada una. Ahora bien, como en nuestro centro los alumnos han trabajado contra el tiempo desde siempre, dicho factor no resulta un problema para ellos, como resultado terminan antes la PSU y tienen el resto del tiempo nada más que para corregir las respuestas. De esta forma hemos tenido, incluso, puntajes nacionales, aunque nosotros no seamos un preuniversitario sino una metodología alternativa.

 

El Instituto de Kumon tiene sucursales a lo largo del país en ciudades como: Iquique, Vallenar, La Serena, Rancagua, San Fernando, Curicó, Chillán, Concepción, Puerto Varas, Punta Arenas, Casablanca, Concón, Quillota, Quilpue, San Antonio, Talca, Temuco, Valparaíso y Viña del Mar.


> Para conocer las direcciones del Instituto Kumon en nuestro país, utilice el siguiente buscador de sedes pinchando aquí.


> Para más informaciones visitar la página web de “Kumon Instituto de Educación de Chile” haciendo click aquí o llamando al fono 56-2-2072090
 

Nota editorial: Este Portal pertenece al Programa Asia Pacífico de la Biblioteca del Congreso y no tiene relación con Kumon Instituto de Educación de Chile, más bien cumplimos una labor de plataforma para que ustedes puedan saber de la existencia de este efectivo tipo de aprendizaje.


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