China: Explorarla o sólo visitarla

Escribo este artículo llegando desde China, país donde por razones laborales residí por varios años.

La primera vez que pisé suelo chino fue en 1999 y así mi vida ha estado ligada a través del último tiempo a este admirable país. En esta última oportunidad, visite lugares que ya había conocido con anterioridad, dándome cuenta del gigante avance experimentado en tan sólo breve tiempo. Tan simple y desequilibrante como subirme a un tren de alta velocidad , en un tramo parecido a Valparaíso – Santiago, implementado y activo en un plazo de cuatro años.

Estando en contacto con el pueblo chino en su estado “menos contaminado”, pudiendo en parte auscultar sus pensamientos más profundos y tomando conciencia de la abismante diferencia entre ciudadanos de la costa e interior, veo el inmenso espacio que queda por desarrollar.

China es eminentemente un país agrícola, a pesar de que nos enceguezca con las grandes ciudades de metal, cristal y hormigón, la agricultura esta en su genética, en su historia. El gobierno chino lo sabe muy bien y así lo ha programado en su actual plan quinquenal, que el desarrollo sustentable de su economía pasa por la reconversión de su sector agrícola. No es fácil, ya que se trata no sólo de un cambio tecnológico, comercial, sino también mental.

Es ahí donde radica el mayor gap con las economías agrícolas mas desarrolladas, sobre todo las que se encuentran enfrascadas en esta carrera por convertirse en potencias alimentarias globales. Tomando en cuenta nuestra experiencia exitosa en el campo agrícola, especialmente el área de fruta de exportación, y otras de productos de mayor valor agregado, la posibilidad de acceder a China con nuestra tecnología es un camino abierto para un importante sector de nuestra economía.

Sin embargo, veo como lamentable, como otros países más agresivos ya han hecho más impacto que nosotros en ese ávido sector. No son pocos las empresas, profesionales y sus familias en Chile, que ven en China, el sueño dorado, aquel que nubla la vista y muchas veces el raciocinio. La natural falta de conocimiento, apertura de mente y nuestra idiosincrasia cortoplacista hacen que las expectativas puestas en estos proyectos, se vean mas temprano que tarde, sumidas en el fracaso más rotundo. La escala temporal china, producto de sus 5000 años de historia, bien poco se asemeja a nuestros próximos 200.

En China, a pesar de la energía y perseverancia con que se debe actuar también cuenta darse el tiempo no sólo para visitarla, sino más bien se debe explorar. Recorrer, interactuar, intercambiar, crear valor y confianza. Usar nuestra diversidad, nuestras diferencias culturales como una plataforma de unidad. De acuerdo a mi limitada experiencia buscando a mediano y largo plazo donde se validan los resultados.

Cómo no va ser gratificante, lo que a menudo ocurre en China, no saber que nos espera a la vuelta de la esquina. Es esta gran incógnita la que nos debe mover a ser más dinámicos que pasivos y derrotistas.

Son los grandes desafíos y proyectos los que son el motor para no sólo visitar los lugares típicos, también están los menos conocidos, los menos expuestos, por lo tanto los más interesantes por sus insospechadas oportunidades.

Está todo dado para que hagamos nuestras maletas y demostremos como se hace patria en otros lados, cambiando nuestras vidas y las de nuestras familias, positivamente para siempre.

Muchos ya lo hemos hecho.