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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Pese a fallo en La Haya existe voluntad de diálogo entre China y Filipinas

15 julio 2016

Expertos valoraron vocación pacífica de ambos países para resolver sus asuntos pendientes. Además, señalaron que este hecho solo podría afectar a la economía de nuestro país en caso de que se produzca un conflicto y descartaron cualquier aventura bélica.

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La disputa territorial entre China y Filipinas en torno a la soberanía de las llamadas islas Spartly ubicadas en el Mar de China Meridional, acumuló un nuevo hito. Un tribunal de arbitraje en La Haya falló a favor de Filipinas, quien el año 2014 interpuso unilateralmente una demanda contra la posición de China que se sustenta en derechos históricos. Si bien la reacción de Beijing había sido anunciada con anticipación, manifestó su disposición a negociar con el nuevo gobierno de Rodrigo Duterte con el fin de resolver los temas pendientes. El análisis de este hecho y las posibilidades de que este evento afecte a nuestro país, en la siguiente nota.

El derecho internacional y la validación histórica del territorio

Se trata de más de un centenar de arrecifes y pequeñas islas que conforman uno de los archipiélagos más numerosos en el Asia. Una de las características más relevantes de este espacio geográfico es que sus islas no son ocupadas por un solo país, sino que son varios los que hacen presencia en ellas, ya sea a través de colonos o de fuerzas militares. El descubrimiento de enormes reservas de gas y petróleo cercanas durante la década del sesenta, llevó a que exploraciones de China, Filipinas y Vietnam terminaran en enfrentamientos por los derechos de explotación.

Conocida como el Mar de China Meridional, tiene una superficie total de cuatro millones 250 mil kilómetros cuadrados. Si bien abarca desde el Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional, cubre toda la costa este y sur del gigante asiático y llega hasta Singapur, pero toca las aguas de Filipinas, Cambodia, Vietnam, Malasia, Indonesia, Tailandia, entre otros. Esta ubicación estratégica hace que sea una zona de alto flujo comercial.

Entre los hechos más significativos durante las últimas décadas, está que en 2012 buques de fuerzas marítimas de China y Filipinas se encontraron frente a frente en el mar de China Meridional, muy cerca de la Isla Huangyan donde ninguno de los dos países mantiene asentamientos. Un mes más tarde, China acusó a Filipinas de aumentar la tensión al momento de enviar buques al arrecife de Scarborough en reclamación.

En marzo de 2014 Filipinas interpuso una demanda unilateral ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya donde pide explotar los recursos en las islas ubicadas en el Mar de China Meridional. Con un documento de cuatro mil páginas, la posición filipina tiene como objetivo principal contrarrestar el argumento de China respecto a que puede ejercer control sobre los territorios que considera históricos, además de utilizar como hitos geográficos algunos terrenos con arrecifes y amplias zonas sumergibles durante el ciclo de mareas.

La posición del gigante asiático –que no fue presentada en el tribunal- sostiene que iniciaron sus actividades en el Mar Meridional de China hace más de dos mil años, por lo que fue el primer país en descubrir, nombrar y explotar las islas y sus aguas adyacentes. Por esta razón, su postura es que su soberanía ha sido establecida en un largo proceso histórico, por lo que se disponen de todos los fundamentos jurisprudenciales para validarlo.

Anuncio del tribunal de arbitraje y apertura a la negociación

El martes 12 de julio de 2015 en La Haya, un tribunal de arbitraje compuesto de cinco jueces emitió una declaración en la que se definió como no válidos los derechos históricos de China en la jurisprudencia internacional. En su conclusión se alude a que tales derechos se extinguieron en la medida que son incompatibles con las zonas económicas exclusivas, previstas por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

Adicionalmente, el tribunal estableció que siete de las islas que mantiene China en el archipiélago son ilegales bajo la lógica de la Convención, ya que no se enmarcan dentro de lo que reconoce como isla, pues no tendría “una comunidad estable de gente”, lo cual es un requisito necesario. De la misma manera, el tribunal sentenció en contra de Filipinas en relación a que los corales Gaven y Mckennan son características de alta marea, por lo tanto no se consideran como hitos de soberanía.

Luego de esta resolución, el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Liu Zhenmin en una rueda de prensa realizada, aclaró que el tribunal carece de credibilidad. “China no piensa acatar la sentencia y adoptará todas las medidas para proteger su soberanía, sus intereses y derechos marítimos”. Asimismo, presentó un libro blanco donde hace un llamado oficial a reabrir negociaciones con Filipinas.

Esta situación fue evaluada por Fernando Reyes Matta, director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China (Celc) y ex embajador de Chile en China, para quien la sentencia ha sido emanada de un tribunal de arbitraje, que es un organismo dependiente de la Corte Internacional de Justicia, sobre una demanda presentada por Filipinas de forma unilateral. “Esto es un hecho mucho menor que los litigios que llegan a la Corte Internacional de La Haya. Por lo tanto, como es natural, no ha habido ninguna novedad en el hecho de que China ha dicho que no acepta la decisión tomada, cosa que ya estaba anunciada”, sostuvo.

De igual manera, Reyes Matta valoró la disposición de China a negociar con Filipinas para superar este tema pendiente, sobre todo si se da en una dinámica directa, pues podría incluso beneficiar a Filipinas. “No es menor que Duterte no haya mencionado la disputa en el Mar Meriodional de la China cuando asumió su cargo, el es un político muy hábil, sabe que puede ser una gran oportunidad de debatir la disputa en un marco de diálogo que pueda llegar a ser beneficioso para lograr un arreglo definitivo”, afirmó.

Ahora bien, frente a la utilidad de estas negociaciones en cuanto a la resolución del conflicto y la posibilidad de que otros países de la región, en diferendo con China, puedan aprovechar esta instancia de acercamiento bilateral para lograr acuerdos, el ex embajador fue optimista al señalar que las conversaciones con Filipinas podrían traer buenos dividendos para la región.

“Si la negociación entre ambos países llegara a tener un resultado positivo para ambas partes, constituiría un precedente en la zona, especialmente si consideramos que Filipinas es un aliado de Estados Unidos y que están allí en la zona reclamando el libre tránsito por aguas internacionales. De tal modo que si llegara a producirse un acuerdo en un formato de negociación, se produciría una referencia para el resto de los otros países que también están discutiendo con China cuestiones de soberanía en islotes y aguas que son reclamados como propias”, recalcó.

Caso hipotético de mayor tensión

Pese a que existe una invitación formal por parte de China de sentarse a negociar con Filipinas y resolver los temas pendientes, principalmente en cuanto a la soberanía en las rutas marítimas que circundan el archipiélago, podría existir la posibilidad de que un encuentro de efectivos militares en áreas de navegación en disputa–tal como sucedió en 2012- pudiera tensionar aún más el diálogo y dificultar la fluidez de las negociaciones.

Si bien esta posibilidad no fue descartada por el experto, cree que en ambas partes existe una voluntad pacífica y una vocación diplomática a la hora de resolver las diferencias. “Sin duda que hay complejidades, pero tengo la percepción que ninguna de las partes está por la idea de incrementar la tensión militar en la zona, sino lo que se quiere con estas acciones es reforzar los argumentos de soberanía, reforzar el concepto de lo propio, etc. Pero siempre buscando crear condiciones para la mesa de negociación, porque claramente no es posible para ninguno de los lados pensar en un conflicto mayor de carácter absolutamente militar por los efectos que tendría, muy duros en muchos sentidos, no solo para el orden en Asia Pacífico, sino con efectos en los mecanismos de orden internacional a futuro“, opinó.

De esta forma, pese a que no se descartaría una tensión con características militares, esta tendría un sentido de reclamo de derechos de acción. “Todo apunta a que hay reconocimiento de una tensión, pero el diálogo que propone China es un dato que lleva a que se produzca una negociación a futuro y no a un conflicto”, expresó el ex diplomático.

El fallo del tribunal de arbitraje en La Haya visto desde Chile

La visión de este hecho entre China y Filipinas visto desde una óptica chilena, solo se circunscribe al análisis que podría realizarse en caso de la existencia de un conflicto que pudiera alterar las rutas marítimas comerciales que utiliza Chile en su relación con los mercados asiáticos. Esta es la visión de Fernando Reyes Matta, para quien toda dimensión de conflicto en el Asia Pacífico -y en torno a esta región- naturalmente complejiza el escenario de acceso y desarrollo del comercio de nuestro país.

“Para nosotros lo más importante es que en Asia, específicamente en el núcleo de los países Asean que varios de ellos están involucrados en la tensión, como Vietnam, Malasia e Indonesia, no tengan situaciones críticas, porque para nosotros lo mejor es que los accesos marítimos que transportan gran parte de nuestros recursos puedan ser fluidos y en paz. Para nosotros las condiciones de paz son determinantes para las vinculaciones comerciales de Chile en el Asia Pacífico”, señaló.

En la misma línea, el sinólogo de la Usach y Codelco, José Luis Valenzuela, señaló que sólo existirían repercusiones comerciales si se produjeran eventos de confrontación. “Esto tendría efectos en nuestro país solo si se llegara a un conflicto bélico que fuera acotado, significaría una distracción de China en resolver su problema económico, que es lo que más afecta a nuestro país, porque se enfocaría en este asunto en vez de concentrarse en el crecimiento económico, que es lo que demanda más cobre, por lo tanto solo tendría una repercusión económica en nuestro país”, afirmó.


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