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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario
Fallece a los 91 años Lee Kuan Yew, el "padre" de Singapur
24 marzo 2015
Lee Kuan Yew no sólo fue el primer ministro de Singapur entre 1959 y 1990, sino que además es considerado el principal artífice del rápido ascenso singapurense desde una colonia británica a un centro financiero mundial. Comentan su estilo de mandato y legado dos expertos en Asia Pacífico, Raúl Allard y Xulio Ríos.
A causa una pulmonía falleció el 23 de marzo de 2015 -en el Hospital General de Singapur- Lee Kuan Yew, quien fuera primer ministro de Singapur por más de tres décadas. Su deceso ha reflotado el análisis de lo que significó su figura para el Asia Pacífico y en especial para Singapur.
Visionario y de carácter autoritario, Lee logró crear un modelo de sociedad próspera basado en la meritocracia y la ausencia de corrupción, con bajísimas cifras de delincuencia y una convivencia étnica y religiosa destacada en todo el mundo.
"Sumando y restando, Lee Kuan Yew queda para la historia como un político de gran visión estratégica que creó un país de la nada. He estado varias veces en Singapur, he llegado por mar desde Indonesia y pude constatar que los buques que se acercan al puerto son miles, están pocas horas y luego siguen su viaje a otros puertos del Asia. Singapur se transformó bajo su mandato, en una economía abierta que se dio cuenta, antes que nadie, de la importancia de la educación y desarrolló un notable pragmatismo, porque a pesar de lo pequeño de la isla, tiene muchas industrias de alta tecnología, las que son en su gran mayoría del Estado. Para lograr esto se requiere una gran visión y mucha disciplina social. Es difícil juzgar su figura con ojos occidentales, porque lo que logró al llevar a Singapur de una colonia o puesto comercial perdido del Imperio Británico -y que había sufrido mucho con la ocupación japonesa- al país desarrollado y multicultural que es hoy, es increíble", aseguró Raúl Allard, académico del Magíster en Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
"Creo que Lee Kuan Yew es una figura de gran relevancia en Asia. Su influencia transciende mucho a la propia Ciudad-Estado. Se trata, por otra parte, de una figura compleja, con méritos reconocidos en el orden económico y como gestor público. Si bien igualmente su perfil autoritario le ha merecido ser objeto de algunas críticas. Sea como sea, no hay duda de que el resurgir contemporáneo de Asia no se puede explicar prescindiendo de esta figura", comentó por su parte Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China (España).
Lee estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Cambridge, tras lo cual regresó en 1950 a Singapur para ejercer como abogado en 1950. Gracias a su defensa de líderes sindicales y estudiantiles en los tribunales logró notoriedad, lo que le permitió fundar con bastante apoyo, el año 1954, el People’s Action Party, que en las primeras elecciones consiguió tres diputados para integrar el Consejo Legislativo, presagiando lo que se convertiría en una destacadísima carrera política.
Esta capacidad de liderazgo le llevó a formar parte de varias delegaciones que viajaron a Londres para negociar mayor autonomía para la isla, lo que se alcanzó finalmente en 1959. Aquel año se celebraron elecciones, en las que Lee se presentó ante el electorado como un acérrimo anticolonialista y anticomunista, proponiendo de paso una federación con Malasia. El éxito fue rotundo; su partido logró 43 de los 51 escaños y fue proclamado primer ministro, cargo en el que permaneció durante 31 años.
Solo cuatro años más tarde, en 1963, firmó la entrada de Singapur en la Federación Malasia. Sin embargo, este pacto solo se prolongó por dos años debido a la tensa relación entre chinos y malayos. La isla fue expulsada en agosto de 1965 e inició su camino como país independiente.
Bajo su mandato, Singapur se convirtió además en el segundo país con mayor renta per cápita de Extremo Oriente, solo superado por Japón, una renta que ha pasado en 50 años de 516 a más de 60.000 dólares por habitante. Hoy, su legado es evidente en un país que algunos definen como una "democracia autoritaria" en la que capitalismo y beneficios sociales caminan de la mano.
Aunque Lee se había retirado de la vida pública y política en los últimos años, todavía era visto como una figura influyente en el gobierno del primer ministro Lee Hsien Loong, su hijo mayor, ya que nunca se alejó demasiado del proceso de toma de decisiones e incluso mantuvo un puesto a nivel de gabinete hasta el 2011 y fue miembro del Parlamento hasta su muerte.
Visionario y de carácter autoritario, Lee logró crear un modelo de sociedad próspera basado en la meritocracia y la ausencia de corrupción, con bajísimas cifras de delincuencia y una convivencia étnica y religiosa destacada en todo el mundo.
"Sumando y restando, Lee Kuan Yew queda para la historia como un político de gran visión estratégica que creó un país de la nada. He estado varias veces en Singapur, he llegado por mar desde Indonesia y pude constatar que los buques que se acercan al puerto son miles, están pocas horas y luego siguen su viaje a otros puertos del Asia. Singapur se transformó bajo su mandato, en una economía abierta que se dio cuenta, antes que nadie, de la importancia de la educación y desarrolló un notable pragmatismo, porque a pesar de lo pequeño de la isla, tiene muchas industrias de alta tecnología, las que son en su gran mayoría del Estado. Para lograr esto se requiere una gran visión y mucha disciplina social. Es difícil juzgar su figura con ojos occidentales, porque lo que logró al llevar a Singapur de una colonia o puesto comercial perdido del Imperio Británico -y que había sufrido mucho con la ocupación japonesa- al país desarrollado y multicultural que es hoy, es increíble", aseguró Raúl Allard, académico del Magíster en Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
"Creo que Lee Kuan Yew es una figura de gran relevancia en Asia. Su influencia transciende mucho a la propia Ciudad-Estado. Se trata, por otra parte, de una figura compleja, con méritos reconocidos en el orden económico y como gestor público. Si bien igualmente su perfil autoritario le ha merecido ser objeto de algunas críticas. Sea como sea, no hay duda de que el resurgir contemporáneo de Asia no se puede explicar prescindiendo de esta figura", comentó por su parte Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China (España).
El camino de Lee al poder
Lee nació el 16 de septiembre de 1923 en una acomodada familia de origen chino. Al iniciar su carrera política optó por renunciar a su nombre inglés -Harry- pasando a llamarse Kuan Yew, palabras que significan "luz" y "brillo". Tuvo que interrumpir sus estudios en 1942 -mientras era un aventajado alumno del Raffles College- debido a la invasión japonesa a la colonia británica durante la Segunda Guerra Mundial. Se dice que estos tres años de conflicto marcaron su vida y se vieron reflejados en cómo comandó Singapur, años más tarde.Lee estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Cambridge, tras lo cual regresó en 1950 a Singapur para ejercer como abogado en 1950. Gracias a su defensa de líderes sindicales y estudiantiles en los tribunales logró notoriedad, lo que le permitió fundar con bastante apoyo, el año 1954, el People’s Action Party, que en las primeras elecciones consiguió tres diputados para integrar el Consejo Legislativo, presagiando lo que se convertiría en una destacadísima carrera política.
Esta capacidad de liderazgo le llevó a formar parte de varias delegaciones que viajaron a Londres para negociar mayor autonomía para la isla, lo que se alcanzó finalmente en 1959. Aquel año se celebraron elecciones, en las que Lee se presentó ante el electorado como un acérrimo anticolonialista y anticomunista, proponiendo de paso una federación con Malasia. El éxito fue rotundo; su partido logró 43 de los 51 escaños y fue proclamado primer ministro, cargo en el que permaneció durante 31 años.
Solo cuatro años más tarde, en 1963, firmó la entrada de Singapur en la Federación Malasia. Sin embargo, este pacto solo se prolongó por dos años debido a la tensa relación entre chinos y malayos. La isla fue expulsada en agosto de 1965 e inició su camino como país independiente.
Su gran legado
Este nuevo escenario abrió para Lee y Singapur un panorama preocupante, debido a la falta de recursos naturales. Para soslayarlo, Lee decidió -de forma muy visionaria- atraer inversión extranjera mediante incentivos fiscales y transformó Singapur en un centro exportador de productos de alta tecnología. A lo anterior le sumó excelentes infraestructuras de transporte, un plan de vivienda pública en la que vive el 85 por ciento de la población y estableció un sistema educativo bilingüe, público y gratuito, cuyos resultados son analizados en todo el orbe.Bajo su mandato, Singapur se convirtió además en el segundo país con mayor renta per cápita de Extremo Oriente, solo superado por Japón, una renta que ha pasado en 50 años de 516 a más de 60.000 dólares por habitante. Hoy, su legado es evidente en un país que algunos definen como una "democracia autoritaria" en la que capitalismo y beneficios sociales caminan de la mano.
Aunque Lee se había retirado de la vida pública y política en los últimos años, todavía era visto como una figura influyente en el gobierno del primer ministro Lee Hsien Loong, su hijo mayor, ya que nunca se alejó demasiado del proceso de toma de decisiones e incluso mantuvo un puesto a nivel de gabinete hasta el 2011 y fue miembro del Parlamento hasta su muerte.
