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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Nueva Zelandia y su lucha contra la discriminación salarial por género

07 mayo 2013

Mientras en Chile se estima que las brechas salariales entre hombres y mujeres pueden llegar hasta un 37 por ciento de diferencia, Nueva Zelandia desde hace años tomó cartas en el asunto y logró minimizar esta cifra a un 9 por ciento -la más baja de Asia Pacífico- por medio de diversos mecanismos legales como la Ley de Salario Igualitario de 1972, La Ley de Derechos Humanos de 1993 y la Ley de Relaciones de Empleo del año 2000. Conozca la realidad neozelandesa en esta materia.

Mientras en Chile se estima que las brechas salariales entre hombres y mujeres pueden llegar hasta un 37 por ciento de diferencia, Nueva Zelandia desde hace años tomó cartas en el asunto y logró minimizar esta cifra a un 9 por ciento -la más baja de Asia Pacífico- por medio de diversos mecanismos legales como la Ley de Salario Igualitario de 1972, La Ley de Derechos Humanos de 1993 y la Ley de Relaciones de Empleo del año 2000. Conozca la realidad neozelandesa en esta materia.

Terminando con la discriminación salarial

Más allá del eterno debate que suele haber en los países sobre las razones de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, en Nueva Zelandia apostaron por saltarse los prejuicios y las creencias socioculturales y crearon un completo aparataje legal pensado en prohibir que se haga diferencia alguna en cuanto a salarios cuando hombres y mujeres realicen trabajos idénticos. En palabras, simples a igual trabajo, igual salario.

La idea de normar este tipo de discriminación comenzó en la década de los 70' y se cristalizó en el año 1972 bajo la Equal Pay Act, que prohíbe la discriminación de género en el empleo. Esta ley establece que "hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo y que tengan similares habilidades y responsabilidades deben tener iguales condiciones de trabajo y de salario". Además, con posterioridad The Human Rights Act de 1993 y The Employment Relations Act 2000 también prohíbieron la discriminación por motivos de sexo, abarcando aristas que no estaban hasta ese entonces contempladas.

Actualmente -a pesar de la prohibición- la diferencia salarial injustificada alcanza el 9% -el mínimo histórico- aunque las quejas que se hacen a la Comisión de Derechos Humanos, al Tribunal de Derechos Humanos o de la Dirección de Relaciones Laborales son prácticamente nulas. Las autoridades no han quedado indiferentes ante este hecho y -tras preguntarse los motivos de este fenómeno- llegaron a la conclusión que bien podría deberse a que las mujeres no son realmente conscientes de que se les paga menos.

Por este motivo, la Comisión de Derechos Humanos de la Parliament House elaboró ​​el 2012 un nuevo proyecto denominado de ley igualdad de remuneración (Pay Equity Bill) que intentó abordar este tema. Dicha normativa promueve la transparencia de los salarios, hace que sea ilegal que los empleadores los mantengan en la confidencialidad e introduce la obligación a los empleadores de mantener un registro de todos los empleados con pagos de acuerdo con una cláusula de igualdad. El tema ha generado polémica y aún se encuentra en debate.

La realidad chilena

En nuestro país, según los datos de la última encuesta CASEN, la brecha de género en cuanto al ingreso promedio por hora pasó de un 20,1% en 1990 a un 15,8% en la actualidad. Si bien puede esgrimirse que las cifras muestran una evolución, las diferencias siguen siendo profundas, como señala un estudio de la Dirección del Trabajo que estipula que a mayor escolaridad las inequidades en los salarios llegan a ser hasta de un 37%, como es el caso de las mujeres con estudios postgrados.

¿Cómo se explica esta discriminación? Al parecer la falsa creencia existente sobre los mayores costos que conlleva emplear a mujeres por los permisos que se producen en épocas de embarazo haría la diferencia, lo que es refutado por diversos estudios que aseguran que esta creencia tiene un origen cultural, más que económico, por lo que estaríamos hablando simplemente de discriminación.

"Me parece muy destacable el esfuerzo que ha hecho Nueva Zelandia para combatir esta verdadera lacra que es la discriminación salarial de género entre hombres y mujeres que por lo demás es absolutamente injustificada. Se dice que la discriminación es difícil de probar y es muy común que, incluso si la mujer sabe que se le paga menos y "apunta" a un colega masculino en el mismo papel, con igual nivel de conocimientos y experiencia, la jefatura le diga que no se están comparando manzanas con manzanas. Tenemos que acabar con esto y es perfectamente posible, tal como lo ha demostrado este país que ha podido disminuir de forma drástica sus cifras, que hoy en Chile son una vergüenza", aseguró la diputada María Antonieta Saa.

En Chile se promulgó el año 2009 la ley 20.348 sobre igualdad salarial, que busca terminar con este tipo de discriminación. Sin embargo, uno de los artículos de la normativa señala que "los empleados de una empresa, hombres o mujeres, tienen derecho a percibir igual salario si realizan el mismo trabajo" pero al mismo tiempo estipula que no son consideradas como discriminación las diferencias en las remuneraciones que se funden, entre otras razones, "en las capacidades, calificaciones, idoneidad, responsabilidad o productividad" lo que -a todas luces- queda a la interpretación de los empleadores.



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