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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Política para reducir la polución en Beijing se centra en optimizar procedimientos transparentes

27 octubre 2015

Además de crear un marco de acción para la participación ciudadana, el gobierno chino tiene como meta la reducción de las emisiones de dióxido de carbono entre un 60% y un 65% hasta el año 2030. A esto se suma el índice de intensidad de carbono, que también figura entre los objetivos, y del que se pretende disminuir entre un 40% y 45% hasta el año 2020.

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Beijing es una de las ciudades con mayor polución ambiental en el Asia, situación que se explica por las emisiones de combustibles fósiles de los millones de vehículos, sumado a los 3,6 billones de toneladas de carbón utilizados anualmente en actividades industriales. Para mitigar esta situación el gobierno chino mediante su Ministerio de Medio Ambiente lanzó una política denominada “Guerra contra la polución” que podría disminuir en un 60% las emisiones de dióxido de carbono al año 2030. Más detalles sobre ella en la siguiente nota.

Indicadores de medición para reducir los efectos contaminantes

La polución es uno de los flagelos contaminantes más característicos de las grandes ciudades, consiste en la contaminación del ambiente producto de gases o desechos tóxicos que generan modificaciones dañinas al ecosistema y en particular a los seres vivos. Un ejemplo de esto son las emanaciones de algunas industrias, que producen gases contaminantes y afectan las vías respiratorias de todas las personas que viven a su alrededor.

Uno de los primeros intentos por reducir los gases contaminantes fue medir su emisión a través de la huella de carbono, de tal manera que si los valores eran altos, las actividades realizadas debían ser controladas con el fin de proteger la integridad ambiental del planeta. Para el caso de la polución, una de las principales medidas es el control del estado de los vehículos, ya que su responsabilidad en la calidad del aire y en la intensificación del efecto invernadero es alta.

Si bien Beijing no se cuenta entre las 10 ciudades más afectadas por la polución, sus habitantes suelen tener problemas respiratorios producto de una densa cortina de humo que los despierta cada mañana. Según una medición que realiza la Organización Mundial de la Salud en 1.100 ciudades de 91 países determinó que durante 2014 la polución en Beijing sobrepasó los 500 microgramos por metro cúbico, lo que significa que en ciertas áreas la gente no pueda salir a la calle sin una mascarilla.

Según el indicador Air Quality Index -que realiza mediciones diarias de la polución en varias ciudades del mundo- la calidad del aire en ciertos sectores de Beijing puede pasar de “no saludable” a explícitamente “dañino”. Esta calificación se complementa con la medición local Wang Anshun Index, que la definió durante 2013 y 2014 como “inquietante” por su “horrenda polución” y que si no se maneja como una crisis medioambiental, pronto se convertirá en una situación de vida o muerte.

Guerra contra la polución

Luego de evidenciar el estado de la polución en Beijing, en enero de 2015 el primer ministro chino Li Keqiang declaró la “Guerra contra la Polución” a través de una ley de protección ambiental, ya que en los últimos treinta años la tasa de mortalidad por cáncer al pulmón ha aumentado en un 465%.. Esto se explica, en parte, por el alto consumo del carbón, que durante 2013 llegó a la suma de 3,6 billones de toneladas, más que todo el resto del mundo junto.

De esta manera, la primera medida tomada a través del ministro de Medio Ambiente, Chen Jining fue garantizar la transparencia sobre los temas de contaminación que afectan al país. “Mejoraremos la transparencia y garantizaremos los derechos de los ciudadanos a supervisar la lucha contra la contaminación. Asimismo el gobierno publicará todas sus acciones para que los violadores de la ley de protección medioambiental no puedan esconderse”, afirmó.

En relación a las normas que hasta ese momento venían funcionando históricamente en el gigante asiático, Chen señaló que la innovación ha sido un punto débil. “Las leyes medioambientales del país aún no son tan fuertes como las económicas, por lo tanto es necesario que se involucren todos, desde los gobiernos locales hasta la policía que la haga cumplir”.

Esta decisión de mayor transparencia se toma por el hecho de que, para el gobierno los conflictos ambientales pueden transformarse en algo más grave. “Si el enfado de la sociedad respecto a las industrias contaminantes no se gestiona de manera adecuada, los problemas medioambientales se convierten en problemas sociales y éstos en problemas políticos”, reconoció.

Reducción en las emisiones al 2030

Además de crear un marco de acción transparente a la ciudadanía y participativo, el gobierno chino tiene como una de sus metas la reducción de las emisiones de dióxido de carbono de acuerdo al PIB por unidad del uso de energía entre un 60% y un 65% hasta el año 2030. A esto se suma el índice de intensidad de carbono que también está entre los objetivos, y del que se pretende disminuir entre un 40% y 45% hasta el año 2020. En relación a las energías renovables, el plan contempla que alcance el 15% en cinco años, es decir que provenga de fuentes limpias y no contaminantes.

Para Edgardo Ramírez, economista y consultor en temas medioambientales, la contaminación de ecosistemas acuáticos y terrestres se puede limitar eliminando algunos fertilizantes, o imponiendo severas multas a fábricas que arrojan desechos a ríos, lagos y mares. “El verdadero desafío es descarbonizar la economía mundial, cuya energía proviene de la combustión fósil. Sería extremadamente complejo prohibir inmediatamente el uso de fuentes tradicionales de energía en la economía capitalista, como es la china”, señaló.

Sobre la necesidad de seguir impulsando un plan de reducción de la polución a largo plazo, Ramírez agregó que China tiene una motivación externa, ya que sus socios comerciales más importantes están preocupados de darle solución a este problema. “Como integrante del Asean + 3, China se compromete con el Plan Estratégico para el Medio Ambiente, que promueve un marco institucional para integrar procedimientos y políticas nacionales. Además de un registro de información y estadísticas por país, a modo de fortalecer las instituciones para implementar los acuerdos internacionales y la protección de los ecosistemas en el Asia”, sostuvo.

Un problema que también afecta a nuestro país

La situación de alta polución no solo afecta a las grandes urbes, la ciudad de Coyhaique es el lugar de Chile con mayor índice de contaminación por material particulado fino (MP 2,5). Según cifras del Ministerio del Medio Ambiente, durante tres meses los ciudadanos de dicha localidad respiraron aire en calidad de preemergencia o emergencia ambiental.

Si bien tanto Beijing como Coyhaique tienen altos niveles de polución, la situación en la capital de la Región de Aysén sería distinta por cuanto sus habitantes no están conscientes de la contaminación existente. Para Mario Petito, ingeniero geofísico y consultor en asuntos ambientales, esta situación es frustrante, ya que los ciudadanos no saben que el aire está tan malo hasta cuando surgen enfermedades, por lo cual hasta el momento no existe un plan oficial gobierno ni de ningún organismos para poder mejorar la situación.

No obstante –y tal como lo realizó el gobierno chino- una de las primeras medidas sería declarar la ciudad bajo emergencia ambiental. Frente a esta posibilidad, Petito agregó que luego de una declaración así se puede instalar una estación de monitoreo de la calidad del aire. “Aunque no se sepa que el aire está malo en una zona determinada, por un motivo de procedimiento hay que tener una institución que mida la calidad del aire durante un período determinado para poder demostrar que hay incumplimiento de la norma anual”, destacó.


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