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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

El sistema carcelario de Australia: normas que hacen la diferencia

17 diciembre 2010

Después de muchos años de experiencia y estudio, el Gobierno Australiano optó por modificar la lógica de la prisión como un lugar de encierro y castigo a uno de cambio y capacitación. Conozca las particularidades de un sistema que a menudo es tomado como ejemplo en todo el mundo.

Después de muchos años de experiencia y estudio, el Gobierno Australiano optó por modificar la lógica de la prisión como un lugar de encierro y castigo a uno de cambio y capacitación. Conozca  las particularidades de un sistema que a menudo es tomado como ejemplo en todo el mundo.

 

Menores y mayores: nunca juntos

Antes de hablar de las particularidades del sistema penitenciario australiano hay que echar un vistazo a sus prisiones. Los grandes centros penitenciarios son exclusivos para adultos (+18), son muy seguras, individuales y están pensados para no permitir que el delincuente salga con un mayor comportamiento delictual que cuando ingresó, sino todo lo contrario. ¿Cómo lograrlo?.

 

Rehabilitación: potenciando las habilidades

La filosofía del sistema penitenciario australiano es tratar de cambiar el comportamiento de los delincuentes mediante el desarrollo de las habilidades que consideran pueden utilizar los reclusos al desenvolverse en comunidad, lo que les permitirá vivir sin tener que recurrir a la delincuencia.

 

Es así como poco después de que una persona es declarada culpable y condenada a prisión, pasará a través de un proceso de evaluación e inducción. El proceso está diseñado para recabar la mayor información posible sobre el individuo y diseñar de un plan de acción para  el tiempo que pase en prisión. Este plan se realizará hasta que la persona ya no tenga contacto alguno con el sistema carcelario. Los administradores de la prisión necesitan entonces conocer desde el nivel de educación del individuo, hasta su capacidad de trabajo y el nivel de sus habilidades y problemas de salud.

La importancia de la educación

 

Se estima que entre un 60 y un 80% de todos los presos tienen algunos problemas con la lectura y escritura,  y en pos de dar a los delincuentes la oportunidad de mejorar su estilo de vida, el sistema imparte una activa enseñanza de matemáticas y el idioma nativo,  proceso de aprendizaje disponibles en todas las prisiones de Australia.

La meta es que el individuo obtenga el Certificado General de Educación para Adultos. Los cursos a los que luego optarán pasan desde la soldadura a la cocina, la panadería o la informática y en algunas instituciones, a los presos también se les enseña habilidades para hacer funcionar sus propios negocios, normas de comportamiento, y cómo solicitar un trabajo y volver a escribir.

 

Programas

El sistema australiano reconoce que si bien la mejora de las habilidades educación y el trabajo de los presos para mejorar su posición en la sociedad es importante, también lo es  el abordar la verdadera razón por que delinquen. Al respecto, se han identificado tres motivos principales, a los que se le aplica un programa en específico (llamados “programas básicos”).

 

  • Manejo de la Ira
  • Alcohol y drogas

 

  • Violencia Doméstica

 

  • Alfabetización y aritmética

 

  • Habilidades Cognitivas


El departamento encargado de los programas emplea a psicólogos y en el caso de delincuentes sexuales se ejecutan a través del Tratamiento de Delincuentes Sexuales y el Programa de Evaluación, que es una organización externa.

Los programas de drogas y sensibilización sobre el alcohol y el manejo de la ira se ejecutan dentro de la prisión por los trabajadores sociales y en ocasiones el Departamento de Servicios hacer frente a determinados problemas, suscitados generalmente por conflictos con la población carcelaria de aborígenes y se enseña la cultura de estas étnias.

Básicamente, la idea es dar al delincuente habilidades para hacer frente a una situación en lugar de recurrir a la violencia. Esto puede ser mediante la negociación, y se enseña a hacer frente a la provocación, evitar la violencia contra las mujeres y las situaciones racistas. Este programa también muestra a los reclusos el efecto que tiene la violencia sobre las víctimas.

Con respecto al programa para hacer frente al consumo de alcohol, el personal está también preparado para ayudar a los delincuentes frente a situaciones de dolor y pérdida de familiares, y se establecen sesiones de grupo para discutir y resolver los problemas que se presenten.


Habitaciones e incentivos

Las prisiones en Australia son individuales, relativamente pequeñas y generalmente tienen una cama, una silla y una mesa. Es necesario destacar que este sistema penitenciario se basa en los incentivos. Los reclusos que demuestren su voluntad de cambio a través de programas, evitar la violencia y no intimidar y mantenerse libre de drogas, poco a poco recibirán más libertades y privilegios. Se les permite tener televisores y radios (que ellos mismo deben comprar con su trabajo) y pueden tener algunos “lujos” que también deben comprar.

Un preso puede acumular, según el trabajo que realice entre 2,33 dólares y 6 dólares al día (cinco días a la semana).  Además, a los miembros de la familia del prisionero se les permite poner dinero en su cuenta, el que es administrado por la prisión. Ningún recluso maneja dinero en efectivo. Los artículos como cigarrillos, shampoo, desodorante u otros de higiene también deben ser comprados.

Sobre las penas

Actualmente, un condenado a 12 meses o menos debe realizar servicio comunitario, si la pena oscila entre los 12 meses a cinco años, tendrá acceso el recluso a libertad condicional (automática) y las personas con penas de más de cinco años deben cumplir toda la pena sin derecho a libertad condicional automático, ya que puede solicitarle dependiendo de su comportamiento y de los intentos que haga para mejorar su situación dentro del sistema penitenciario.

Entre los incentivos que tienen los presos está el alojamiento en casas de campo, traslado a las cárceles que tienen más libertades, trabajan en “granjas prisión” y, finalmente, poder trabajar fuera o recibir educación bajo detención domiciliaria.

Finalmente, los que no se comportan en el sistema penitenciario australiano no recibirá las mismas oportunidades. De hecho, por ley se puede multar a los presos que tengan una mala conducta. Por ejemplo, si un recluso es sorprendido traficando drogas en la prisión arriesga una pena de hasta 15 años de cárcel o una multa de US$ 100.000.


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