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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Conozca la institución que registra las patentes en Malasia y cómo contribuye a la innovación

20 abril 2016

Con un procedimiento sencillo de registro y una amplia gama de divisiones administrativas que permiten la especifición de las innovaciones según tipo de industria, este país del Sudeste Asiático ha logrado, en la última década, superar las mil patentes anuales e incrementar considerablemente la creación de nuevas ideas.

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Pese a que China es la potencia mundial en el registro de patentes, Malasia ha sido una de las economías con mayor crecimiento en esta materia, al punto que se ubica dentro de los 20 países más innovadores del mundo. Para conocer esta experiencia, y cuáles son las características que hacen de este país la cuarta economía del Asia con mayor cantidad de patentes, indagamos sobre el funcionamiento de su institucionalidad en propiedad intelectual y cuáles son las ventajas que ofrece a las nuevas ideas. Un completo informe, en la siguiente nota.

Institucionalidad robusta y procedimientos simples en Malasia

Por las dimensiones de su economía y las características especiales de su política de fomento al registro masivo de patentes, China está lejos de ser imitada en cantidad por otros países del Asia, como por ejemplo Japón que cuenta con 265 mil y Corea con 164 mil. Sin embargo, dentro de la región Asia Pacífico existen otras naciones con progresos significativos en el registro de patentes, una de ellas es Malasia, que con 1.353 patentes registradas durante 2015 -Chile cuenta con 452- demuestra que su institucionalidad en el tema ha funcionado bien, además de contar una moderna Ley de Patentes que le permite desarrollar nuevas ideas.

La principal institución es la Corporación de Propiedad Intelectual de Malasia (MyIPO), una agencia pública dependiente del Ministerio de Comercio Interior cuya misión principal es responder al desarrollo de la propiedad intelectual según los estándares internacionales y guiar a las empresas malasias para que potencien su capacidad de innovación en el marco de un sistema de reglas simples y claras. El actual Secretario General de Hacienda de Malasia en una visita realizada a nuestro país durante noviembre de 2014 -cuando era subsecretario en la misma cartera- ratificó esta idea, la innovación es una de las prioridades del gobierno. “Estamos trabajando en impulsar una economía doméstica competitiva que vaya en concordancia con el fortalecimiento del sector público, la transparencia del mercado y la promoción del desarrollo sustentable”, comentó.

De esta manera, el MyIPO es una de estas instituciones públicas que se encarga de establecer una administración efectiva, con el fin de fortalecer las leyes de propiedad intelectual, pero a la vez de proveer información comprensiva y amigable con el usuario sobre este tema. De igual manera, este organismo público se encarga de promover la conciencia sobre la importancia de la propiedad intelectual y su registro en todos los organismos del Estado. Adicionalmente, la Corporación puede proveer servicios de asesoría a otros organismos públicos y privados con el fin de guiar los procesos de registro.

Sin embargo, la importancia de un buen sistema de propiedad intelectual radica en que influye en la cantidad de patentes registradas, como en sus tipos, es decir, si son de tecnología, manufactura, desarrollos de genética agrícola, etc. Desde esta perspectiva, la política de registro impulsada por MyIPO cuenta con una gran variedad de divisiones que permiten la incorporación de nuevas ideas para procesarlas como innovaciones. De esta forma, la Corporación cuenta con las opciones de: comercio, diseño industrial, indicadores geográficos, informática, tecnología, comunicaciones. Cada una de estas divisiones cuenta con una estructura organizacional propia que le permite encausar administrativamente las ideas para convertirlas en patentes.

Para Jaime Soto, integrante de la comisión presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile y secretario general de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (Acti A.G), esta separación en divisiones que registren patentes según su campo, responde a una nueva tendencia mundial.“Están asociadas a cómo gestionar el conocimiento creando valor, a cómo gestionar el intangible de la innovación y la tecnología. Entonces esa organización está creando valor considerando un nuevo contexto dominado por una economía digital. Por lo mismo al separarlas por temas, la jerarquía mayor se encarga de mejor manera del ciclo de vida de la innovación que se quiere patentar. Soy proclive a este modelo porque hoy se tiene que ser más específico en el proceso de patentamiento y generar las instancias necesarias para su diferenciación, y no mirarlos a todos por igual. Lo importante es focalizar y diferenciar por distintas líneas”, acotó.

Facilidades para patentar y asegurar globalmente la innovación

Otra de las características definitorias del sistema de patentes de Malasia es la facilidad para lograr el registro. Son tres los requisitos que se necesitan para comenzar con el registro de una idea:

  1. - Que no haya sido publicada previamente bajo ninguna otra forma en ninguna parte del mundo
  2. - Que esté envuelta en una serie de pasos inventivos y no obtenida a través de una obviedad o proveniente de alguien con conocimiento y experiencia en el tema
  3. - Que sea industrialmente aplicable y en grandes cantidades

Adicionalmente, no pueden ser patentadas las variedades animales, vegetales ni organismos biológicos. Mucho menos descubrimientos logrados a través de métodos de experimentación humana o animal.

No obstante lo anterior, para Soto la facilidad de registro no solo permite aumentar la cantidad de patentes, sino también que el Estado entregue garantías de protección al hacerse parte de un proceso claro de aseguramiento de las ideas en un contexto, en el que las nuevas tecnologías como las impresoras 3D facilitan la copia de productos. “La propiedad intelectual está protegida cuando el Estado se hace parte de la protección y no es solo un expectante”, sostuvo.

A este respecto, la protección de MyIPO frente a otros países se ve ejecutada de dos maneras. Por una parte mediante la posibilidad de homologar títulos y reconocer la aplicación simultánea a otros registros internacionales. Por otra, porque forma parte de una gran cantidad de acuerdos internacionales, entre ellos el Sistema Internacional de aplicación de patentes administrada por la propia Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO) que incluye a los 135 países firmantes de la Convención de París.

El sistema de patentamiento en nuestro país

Consultado sobre el funcionamiento del sistema de patentamientos en Chile y qué podría resaltarse de la experiencia de Malasia, el secretario general de Acti se refirió al Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (Inapi) como una institución que ha ido mejorando en el tiempo, pero que debe involucrarse más con los temas de emprendimiento e innovación. “Más que un organismo independiente debería estar relacionado todos los programas del Estado, con un acercamiento importante a estos temas porque hay una serie de medidas del gobierno para que las empresas innoven, como el I + D + I donde un 65% se va en gasto y el resto en crédito. Hay una serie de desafíos locales que permiten que las empresas puedan ir desarrollando innovación en sus organizaciones, pero estas por alguna razón no están patentando sus ideas y esto es por algo. Nuestra tasa de patentamiento es baja, actualmente solo se patenta el 0,39% del PIB en I+D+I. Hay una disociación entre el patentamiento local y el desarrollo” recalcó.

En cuanto a los desafíos que en esta materia nos impone el desarrollo de otras economías más competitivas, agregó que los países desarrollados tienen una política más acotada al respecto. “En la OCDE el gasto promedio es de 2,4% del PIB el que se invierte en I+D, porque existe una política específica para el patentamiento. Entonces la pregunta que me hago es ¿por qué es tan bajo el patentamiento en Chile?. La respuesta es que las universidades están patentando más que las empresas privadas y ese es el tema de fondo”.

Sobre el nivel de protección internacional que entrega Inapi a las patentes nacionales, Jaime Soto respondió con una interrogante. “El sistema local ha ido mejorando en el tiempo, pero en realidad ¿Cuánto nos protege Inapi en el sistema internacional y qué tanto mejor es ir a patentar a Estados Unidos. Es decir, estamos realmente protegidos en el mundo?. La respuesta está en que muchos innovadores me han dicho que es más fácil patentar en Estados Unidos con una protección mayor que hacerlo en Chile, en un tiempo equis con una protección menor. Posiblemente esto es algo que está en el inconsciente colectivo, quizás no, pero en mi opinión el sistema ha ido mejorando en el tiempo”, opinó.

Respecto a la característica de MyIPO como organismo alojado en el seno de un ministerio, añadió que esta sería una gran ventaja para la innovación en nuestro país, pero que en la actualidad igual podría hacerse algo en este punto. “Pienso que Inapi tiene que estar más cerca de las instituciones dedicadas a la innovación como Corfo o Conicyt, pero también del mundo privado, a modo que el patentamiento figure como una etapa importante en la cadena de valor. Es importante que se aloje en un ministerio con la autonomía que tiene, pero que esté relacionado con las medidas del Estado en emprendimiento, innovación y con el mundo científico. Cuando el Estado entrega temas de innovación, esa propiedad intelectual es protegida cuando el Estado se hace parte de la protección y no solo un expectante”, finalizó.

¿Por qué patentar una idea?

Las patentes son la expresión instrumental de la propiedad intelectual, la cual no es más que un derecho entregado a un individuo sobre algo que es producto o resultado de su trabajo. En otras palabras, algo que nace por una acción que tiene impacto directo sobre la economía. Desde esta perspectiva, si bien el conocimiento se considera como un bien público, su producción tiene un costo privado, ya sea por los gastos en mantención, como por la utilización de materiales y tiempo invertido.

No obstante este tipo de valor comercial, el patentamiento se enfrenta con dos dificultades. La primera tiene que ver con el hecho de que es más fácil copiar y difundir que crear nuevos productos intelectuales, por lo tanto estos últimos se encontrarían en menor cantidad en el mercado. Una segunda dificultad reside en las burocracias, que ponen trabas a los nuevos creadores para que registren sus productos y los hagan valer en el mercado.

La propiedad intelectual se compone a su vez de dos tipos: los derechos de autor, que se corresponden a un bien de carácter cultural, moral y de personalidad; y la propiedad industrial, que no depende de las características del creador y se puede reconocer en diseños de circuitos, marcas comerciales o denominaciones de origen, además de variedades vegetales para la agricultura o recursos genéticos. Sin embargo, el predominio de los tipos de patentes depende de la actividad económica y las barreras legales existentes en los países. En un artículo de Petra Moser publicado en 2005, se sostiene que el nivel de burocratización del sistema legal de los países no solo determina la cantidad de patentes, sino también qué cosas se inventan, por ejemplo, si corresponden al desarrollo tecnológico, agrícola, o minería.

La nueva hegemonía de China en innovación

La realidad de los países en cuanto al registro de patentes puede variar en cantidad. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en su último reporte publicado en 2015, el país con mayor cantidad de patentes es China, con más de 928 mil, seguido de Estados Unidos con 578 mil y Japón con 325 mil. Estos datos son ratificados por el Banco Mundial, que en su Tabla de Indicadores del Desarrollo Mundial (WDI), muestra con datos actualizados el promedio de patentes solicitadas por China entre los años 2011 y 2015 que superó los 801 mil, número considerablemente superior al de su seguidor más cercano, Estados Unidos, con 285.096 solicitudes.

Una de las razones por la cuales el gigante asiático ha aumentado exponencialmente la cantidad de patentes registradas, es explicada -en un artículo reciente-de Michael Sneddon del Observatorio Internacional de Propiedad Intelectual, como producto de una necesidad de Estado. “Desde 1990 China ha sentido la urgencia de integrarse y competir en el sistema global de propiedad intelectual. Por esta razón el gobierno provee de incentivos financieros para apoyar la creación de patentes y fomentar la innovación en las entidades chinas”, señala.

A este motivo se suma el hecho que las grandes compañías extranjeras que operan en China quieren resguardar sus innovaciones de copias e imitaciones. “China es el país con el mercado más grande para estas actividades y pese a que los derechos de patentes duren solo 20 años, los manufactureros no quieren abandonar China por el potencial de sus consumidores y su desarrollo tecnológico, por lo que seguirán siendo una fuente importante de nuevas innovaciones”, sostiene.

Vea a continuación el video oficial de MyIpo para impulsar el registro de patentes a sus innovadores:


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